LA PAPA (CALIENTE) DEL PAPA

popeFotografía: Alberto Valderrama

No hay mejor analogía para calificar la visita del papa Francisco a Perú que un terremoto. Valgan verdades: Francisco ha condenado las esterilizaciones masivas sin consentimiento, ha denunciado la deforestación, la minería ilegal y la trata de personas en la región amazónica. Cualquiera podría decir que, en menos de 48 horas, el papa se ha convertido en la oposición de izquierda que el gobierno no tenía. Sin embargo, dichas denuncias han sido rebotadas tibiamente por los medios (supongo que era de esperar).

Más que el mismo papa, lo que me conmueve es la reacción de la gente: personas necesitadas de esperanza, de que alguien los escuche y les diga que son dignos y merecen respeto. Fue muy emotivo el encuentro de Jorge Mario Bergoglio [nombre de pila del papa] con el apu etnia awajún Santiago Manuin, uno de los sobrevivientes del Baguazo. Nuestras autoridades siempre hacen todo lo contrario. No obstante, hasta el día de hoy, Bergoglio no se ha pronunciado sobre una de las más graves denuncias en el seno de la Iglesia Católica peruana: los presuntos abusos sexuales y físicos cometidos por miembros del Sodalicio de Vida Cristiana.

A pesar de que el papa Francisco defendió durante su visita a Chile al obispo Juan Barros, acusado de encubrir casos de abuso sexual de menores [“el día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, ahí voy a hablar”, http://bbc.in/2rrXYzP%5D, generando así un terrible malestar entre la sociedad chilena; en los últimos años, el Vaticano viene recomendando que las autoridades eclesiásticas colaboren en la investigación de abusos cometidos e incluso denuncien a los sacerdotes y miembros de las órdenes religiosas implicados, porque son ciudadanos y están sujetos a la justicia civil y porque se trata de criminales que pueden seguir cometiendo delitos.

Esto es necesario: se debe impartir justicia de manera inmediata, se debe buscar y alcanzar la verdad, y si es necesario se deben imponer sanciones: incluso la expulsión si hay peligro de que un miembro continúe cometiendo delitos.

Para mí es claro. ¿Acaso “respetar la fe de los creyentes” implica hacerse los indiferentes frente a los graves delitos que encubre la alta jerarquía de la Iglesia Católica peruana? Lo digo no solo por la actitud de dicha comunidad religiosa, sino también por los periodistas. Al menos en Chile preguntaban algo. Acá todo es amén al papa.

Esperemos que mañana (u hoy) Francisco condene los delitos cometidos por la cúpula sodálite. Y que todo sea en nombre de la justicia y de la verdad. Totus tuus, Francisco.

PD: Y mientras todos andan en modo papa, ¿ya vieron que Alberto Fujimori actualizó su DNI? ¿Y si pide su pasaporte? ¿Seguiremos en modo papa?

José Luis Cabrera

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